
Preguntenle a cualquiera que haya pasado alguna vez por su casa. Todos tienen su plato "inolvidable": ya sean los zapallitos rellenos, el guiso de mondongo, los chorizos a la pommarola... El tema es que a veces, es muy difícil sacarle los secretos...!
Esta vez, hizo budin de pan. Le preguntamos un poco (bastante) al respecto, y nos contó que "la única receta que le salía bien, bien, como a ella le gustaba" (es decir, firme, de sabor concentrado y riquísimo) era una que tenía guardada desde hacía muchísimo tiempo, en un recorte de diario minúsculo y (como verán) francamente marroncito (creemos que data de principios de los '80) que había recortado y guardado a su vez, su mamá.
Por preservar este cachito de historia, y para que todas las amas de casa del mundo sean capaces de preparar este budín de pan (que no se hace a Bañomaría), publico la receta tal cual la tiene guardada mi suegra.
El licor que mejor funcionó hasta ahora es el amaretto, y me aclaró que el secreto es dejarlo entibiar, y después poner el molde sobre el fuego de la hornalla, de manera tal que el caramelo se derrita y permita (con cuidado!!!) desmoldarlo.
Mi sugerencia es acompañarlo de un toquecito de crema Chantillí, pero la verdad, no le hace falta. Así está perfecto.
Algun día me voy a atrever a hacerlo y enfrentar las consabidas comparaciones... Lo prometo!