
Estuve en estos últimos dias bastante ocupada: entre lo que estuve haciendo está esta caja que decoré a mi gusto. El motivo de flores de cerezo tiene que ver con la decoración de mi dormitorio (que es donde va a quedarse la caja en cuestión), y ya que la hice por partes, decidí ir fotografiando el proceso.
Lo primero que hice despues de comprar una caja de fibrofácil, fue modelar y aplicar en masilla epoxi una rama nudosa y sinuosa con un montón de curvas y contra-curvas, y luego darle textura con unas lineas suaves marcadas sobre la masilla. Lo dejé secar bien.

Después, comencé a aplicar las flores. Parece un trabajo complicadísimo, pero una vez que sabés el proceso es bastante simple: una bolita de masilla, aplastada y pegada a la madera; se le marcan los 5 pétalos con una herramienta cortante, se hunde el centro (dandole así un poco de relieve y movimiento a las flores), se modela redondeando los pétalos (de paso así se aseguran a la madera), y por último se alisan suavemente con la yema de los dedos humedecidas, para suavizar la textura.
Que sigue? llenar bien toda la rama de retoños y flores, y tambien pétalos sueltos.

Despues: la pintura. Con dos tonos de acrílico marrón diluídos con barniz (para acrílico) y un poquito de agua, pinté toda la caja, dándole la "sensación" de vetas de madera con los distintos tonos de marrón mezclados. Suena difícil, pero el secreto es que hay que usar un pincel viejo o muy barato. Las cerdas solitas hacen todo el trabajo. No hay que preocuparse por ser prolijos, si no por cubrir bien todo y pintar siempre en una dirección.
Después de que se secó la primera capa de marrón, es hora de ponerse a pintar las flores, una por una, con un buen pincel finito y suave, con acrílico de color rosa clarito. El secreto acá es no pintar los bordes de los pétalos (que están cubiertos del marrón de base) para que así se distingan un pétalo del otro.

Por último, un par de capas de barniz marino (el que se usa para la madera). Hay que aprovechar un buen día de sol y hacerlo al aire libre, para no llenar la casa de olor a barniz (puaj).
Dejar secar, y forrar el interior con un lindo papel (yo usé papel felpilla marrón... si hubiese conseguido rosado también hubiese quedado bien). El resto, es buscarle un buen rincón para acomodarla y comenzar a usarla.