sábado, enero 31, 2009
Bariloche - 12 - Ultimo atardecer
Ultimo dia en Bariloche, la última noche...
Uno debe salir con la cámara a caminar y despedirse del paisaje.
Si hay suerte, se pueden llegar a sacar algunas buenas últimas fotos.
(Estos son los colores naturales. TODAS las fotos que estuve poniendo hasta ahora son sin retocar.)
jueves, enero 29, 2009
Colonia Suiza - Curanto
Nuestra última aventura en Bariloche fue la de ir a Colonia Suiza a comer curanto, una típica comida chilena.
EL curanto se hace en un agujero en la tierra con leña encendida, piedras calientes encima y sobre ellas la comida (vegetales, frutas, carnes de todo tipo), luego va todo tapado con hojas (en este caso en Col. Suiza usan las de maqui) un gran lienzo, y una buena capa de tierra.
La comida queda como hecha medio al vapor, medio a la parrilla y medio al horno. Los vegetales conservan practicamente todas sus virtudes y la carne queda bien hecha, conservando todo sus sabores.
En Chile, claro, incluyen en el curanto frutos de mar, pescados y mariscos. En patagonia, en cambio, se lo adorna con el delicioso cordero patagonico.
El Bolsón
A varios kilometros de Bariloche, encerrado entre las montañas, existe un valle llamado el Bolsón (y ni siquiera hay un hobbit!). Ahí se producen riquísimas frutas finas / frutas del bosque, toda clase de vegetales y la maravillosísima cerveza artesanal que lleva el nombre del lugar.
También, 5 días a la semana, funciona en la enorme plaza del pueblo, una masiva feria de artesanos, donde se pueden conseguir desde joyería de plata, alpaca y piedras semi preciosas hasta artículos tallados en madera; desde esculturas hasta cuchillos, desde truchas ahumadas hasta waffles con frutas y crema; y tejidos, carteras de cuero, adornos de lo que quieras y muchísimas otras cosas.
El único día que llovió en todo el tiempo que estuvimos por Bariloche fue el sábado, el día que elegimos ir al Bolsón. Fue un dia rarísimo, porque en un instante estaba lloviendo a cántaros y al otro hacía un sol precioso. Y al rato, todo nublado y lluvioso de nuevo. Sin embargo, la visita fue muy linda.
Al mediodía nos comimos una pizza, mitad de jabalí ahumado y mitad de salmón. Estaba buenísima! Más tarde pasamos por el enorme local de la cerveza El Bolson a comprar algunas rarezas como la de frambuesa o cereza, o la que viene con un ají picante adentro, o la "que es para pasar el invierno" que es más furte y alcohólica, y también, claro, la clásica cerveza rubia... la que logra que, después de probarla, las marcas de cervezas comerciales te parezcan aburridas y con gusto a nada.
No todo lo que compramos fue comestible o bebidas. Yo me traje unas barritas de sahumerios muy ricas y un par de objetos de madera tallados. Y si no hubiese sido por la lluvia, que terminó echando a la mayor parte de los artesanos, probablemente me hubiese traido más cosas.
El viaje de regreso también fue con lluvia y sol, y gracias a ello pude sacarle fotos a un arcoiris sobre el camino.
Bariloche - 11 - Viento
Cuando hay viento en las orillas del Nahuel Huapi, agarrate la peluca...
El viernes pasado estaba bastante ventoso. Así que salimos con la cámara a ver si capturábamos alguna ola particularmente bonita. Saqué un montón de fotos, pero elegí estas dos porque se muestran bien el color del lago y la transparencia del agua.
También fotografié algunas flores preciosas, pero ésas me las reservo por ahora.
El viernes pasado estaba bastante ventoso. Así que salimos con la cámara a ver si capturábamos alguna ola particularmente bonita. Saqué un montón de fotos, pero elegí estas dos porque se muestran bien el color del lago y la transparencia del agua.
También fotografié algunas flores preciosas, pero ésas me las reservo por ahora.
domingo, enero 25, 2009
Bariloche - 10 - Llao Llao y Campanario
Un lugar sin duda preciosísimo para visitar es el hotel Llao Llao... y si no tienen plata suficiente (como yo) para quedarse una noche, mejor es ir en colectivo desde el centro de Bariloche y pasear un rato en los jardines del frente, ver la fabulosa vista (todo es hermoso ahi arriba!) y caminar un ratito bordeando la cancha de golf del hotel, visitar la capilla San Eduardo (muy cerquita, a lo alto de un montón de escaleras) y... quedarse un ratito esperando el colectivo de regreso mientras se huele el intenso perfume de las lavandas y rosas del jardín.
Con ese mismo colectivo (que va desde el hotel Llao Llao hasta la terminal de micros en Bariloche) se puede ir a la base del cerro Campanario y subirse en la aerosilla hasta la combre, desde donde se tiene la mejor y más amplia vista de Bariloche y sus lagos.
sábado, enero 24, 2009
Bariloche - 9 - Bachman!
Ah, las maravillas de una buena caminata!
A muy pocas cuadritas de donde estamos descubrimos una espectacular cervecería artesanal que sirve al público su deliciosísima cerveza, sin conservantes, sin agregados y sin pasteurizar!
Bachman (el nombre de la cervecería) es un local chico pero que tiene todo lo que tiene que tener, incluyendo una vista a través de un vidrio de los tanques gigantes donde fabrican sus cervezas.
Y encima sirven una comida riquísima! En la foto, los pretzels caseros, acompañados de cerveza tirada negra y roja. La rubia también es tremenda. Me queda probar (algun día, espero) la de frambuesa... que se les había terminado.
Una recomendación importantisima: como la mayor parte de los locales de comida en Bariloche y zonas aledañas, hay que armarse de paciencia al momento de pedir y esperar. Definitivamente hay que ir cuando el negocio está medio vacio, porque si no, se puede uno hacer viejo de sólo esperar la cuenta...
Puerto Blest y Cascada de los Cantaros
El otro día fuimos a hacer la excursión a Puerto Blest y cascada de los Cantaros, también en catamarán y también saliendo desde puerto Pañuelo. Fue un dia espectacular para navegar, porque no había una gota de viento.
Puerto Blest queda en uno de los brazos del lago Nahuel Huapi que está más al sur y oeste, y tiene un clima muy distinto al del resto del lago. Llueve muchisimo más, 3000 ml. por año (en Bariloche con suerte llueven 1000 ml.) y por eso el bosque es bastante distinto.
Además, uno de los atractivos es el tema de subir bordeando la cascada de los Cantaros (a poca distancia del puerto), por un sendero de escalones de madera (dicen que son 700) que van subiendo de a poco hasta llegar al lago Cantaros. Ese día, como dije, no había viento, y el lago (a 850 metros sobre el nivel del mar) era un espejo perfecto... y enorme.
Bellísimo.
Descendiendo, a un lado se abre otro sendero que costea el brazo Blest hasta el puerto (unos 300 metros), que seguimos caminando. Cruzamos un puentecito colgante, y fuimos por dentro del bosque (hay una opción de ir por la playa, pero había un sol fuertísimo). Fotografiamos flores distintas, musgo y todo lo que nos llamó la atención. Después llegamos al puerto, almorzamos y descansamos mientras esperamos al catamarán que nos llevara de regreso. Como hacía tanto calor, mucha gente se metió en la muy, muy fría agua del Nahuel Huapi, sorteando piedras.
La verdad, yo estuve muy tentada...
miércoles, enero 21, 2009
Villa la Angostura: Caminata Quetrihue
Como habia contado en un post anterior, por La Angostura se puede ir a pie (o bicicleta) hasta el bosque de Arrayanes recorriendo la península de Quetrihue. Son 12 kilómetros de puro bosque, y aunque el terreno no sube mucho (no llega a ser una montaña), es lo suficientemente escarpado en algunos puntos como para que Parques Nacionales diga que es un recorrido de dificultad media-difícil. Yo estoy de acuerdo...
Hay un solo sendero, muy agreste, que en algunos lados se puede dividir. El primer kilómetro es el más difícil, porque hay que subir 103 escalones (ahá, los conté), al lado de una pared de piedra tan, pero tan grande que no había forma de que me entrara en una foto! Para quienes caminamos, este tramo era relativamente fácil (aunque te quita literalmente el aliento), pero para quienes eligen ir en bicicleta, la tienen que llevar cargada sobre el hombro.
Después, el resto de los 11 kilometros es más chatito -en comparación!-. El sendero está bien marcado, a ambos lados hay bosque de cipreces y varios otros, haciendo cada tanto una aparición estelar un bonito arrayán; también se ven las flores típicas del lugar (amancay, mutisias, unas campanitas gorditas anaranjadas que no sé cómo se llaman y otras campanitas violeta preciosas) las cuales atraen abejorros, avispas y otros (se pueden imaginar lo aterrada que estaba).
Había que prestar mucha atención al terreno, porque a veces era tierra muy fina y suelta, casi polvo en el cual era muuuuy facil resbalar, más las raíces de los árboles medio escondidas y atravesando el sendero, o las plantitas de rosa mosqueta con espinitas en las cuales uno se puede enganchar. El sendero subía y bajaba muchas veces, (la primer foto está derecha, aunque se vea la tierra en diagonal; usar los árboles como referencia) y daba varias curvas, llegando hasta muy cerquita de la laguna Patagua, donde la mayor parte de los excursionistas almorzamos.
En esa zona pudimos ver que habia más arrayanes, y que estaban en flor. La foto de las florcitas blancas es justamente de un arrayán.
En fin, el camino fue largo y difícil, pero llegamos al kilómetro 12. Recorrimos el bosquecito de los Arrayanes (por el sendero de madera estrictamente marcado), descansamos un poco, tomamos aliento y comenzamos a volver, porque calculamos que íbamos a tardar otras tres horas en hacer el regreso y porque habían llegado justo las excursiones de los catamaranes.
Sinceramente, yo estaba con los pies medio adoloridos (los pueden ver en esta ultima foto), así que el Toto me consiguió una buena vara de arrayán seca que andaba tirada por ahi para ayudarme a caminar (seguramente alguien la usó para lo mismo antes), y con eso y una gran dosis de optimismo emprendí la marcha.
El regreso fue muchisimo más rapido. Hacíamos 1 kilómetro cada 10 minutos mas o menos (por suerte los kilometros estaban bien marcados) y antes que nos diéramos cuenta ya estabamos bajando los 103 escalones y llegando a la salida.
El saldo de la caminata para mí (además del cansancio) fue de cinco ampollas en un pie y dos en el otro. Los demás no tuvieron ampollas, pero quedaron igual de cansados...
Para gente aventurera, una excursion muy recomendable. :-)
Colonia Suiza
Este fin de semana fue la Segunda Fiesta de la Cerveza Artesanal en Colonia Suiza, un pueblito famoso por lo pintoresco y por lo "adentro" de las montañas que está.
No tomamos tanta cerveza como se están imaginando, pero todo lo que probamos estaba bárbaro. Además de cervezas artesanales había mermeladas, licores y otros productos hechos con lo que se da en la zona (como cosméticos naturales) y, claro, artesanias.
Una nota de color fue que, al recorrer el predio encontramos una cabañita con un cartel que decia "Venta de Frutas Frescas", al fondo de un gran jardín cultivado con grosellas, frambuesas, frutillas y varias más. Cualquiera que me conozca sabe que yo muero por las frambuesas, así que fui derechito a la cabañita. Ahi me recibió un viejito panzón simpatiquísimo, que no sólo me vendió medio kilo de frambuesas más barato que lo que se consigue por Bariloche, si no que nos hizo probar (al Toto y a mí) los doce (12!!!) gustos de mermeladas que él mismo preparaba (ciruela, frutilla, guindas, cerezas, grosella, cassis, frambuesa, zarzamora, rosa mosqueta, arandanos, zarzaparrilla y boysemberry) y un vino dulce "montañés" delicioso. Al final, además de las frambuesas, terminamos comprando un licor y mermerlada de cassis (la más rara de todas!) y el vinito montañés. Muy buen vendedor el viejito...
Con respecto a las fotos: la primera es de unos locales que parecen construidos por un equipo de elfos y hobbits, todo en madera trabajada, preciosos. La segunda (la larga) es de un punto panorámico que hay cuando uno se aleja de colonia Suiza, por camino de ripio, bordeando como casi siempre, un precipicio. El lago es el Nahuel Huapi, y el edificio iluminadisimo en el centro es el famoso hotel Llao Llao.
lunes, enero 19, 2009
Bariloche - 8 - Sushi Patagonico
No me puedo privar de contar que el viernes a la noche nos armamos un "sushi patagonico", con productos locales (trucha fresca y ahumada, paltas deliciosas, kanikama, queso fundido y calamares). Como nuestros anfitriones nunca habian probado el sushi y conseguimos los elementos para armarlo, le copamos la cocina al dueño de casa y lo hicimos.
La verdad es que no sabiamos muy bien si iba a salir correctamente, pero creo que zafamos, porque les gustó a todos. Hice unos rollitos (makisushi) y unas bolitas de arroz con pescadito encima (nigiri), un poquito de sashimi de trucha, y dejamos todos los demás ingredientes para armarnos cada uno y a su gusto unos temaki en la mesa.
Quedó bueno, aunque la presentación fue bastante rustica. :-)
domingo, enero 18, 2009
Bariloche - 7 - isla Victoria y Arrayanes
Una excursión bien clásica para hacer por estos lados es la de isla Victoria y Bosque de Arrayanes, en catamarán por el Nahuel Huapi. Se puede hacer desde Villa la Angostura o desde Puerto Pañuelo, cerca del bosque (y hotel) Llao Llao.
Nosotros la hicimos el jueves pasado. Por suerte, el viento que estuvo soplando los ultimos días estuvo ausente (muy bueno si uno se marea) y el clima estuvo perfecto.
Salimos desde Puerto Pañuelo en la Modesta Victoria, una embarcacion de 1935, encantadora. Nuestra primera parada fue el bosque de Arrayanes, en la punta de la peninsula de Quetrihue. Los arrayanes son unos muy bonitos arboles, que solo pueden crecer en esta zona. Están extremadamente bien protegidos en su propio parquecito, y los turistas (nosotros!) sólo pueden recorrer el bosque por unas sendas de madera de las que no se puede salir, para no dañar el ecosistema. Por lo mismo sólo se puede permanecer un maximo de 45 minutos en el bosque.
Más allá de todo esto, el lugar el precioso. Los árboles tienen la corteza color canela, muy finita, la cual se desprende del tronco blanco, dándoles el aspecto de ser una cruza entre arbol y bambi. Sería un lugar muy romántico si no fuera porque el recorrido se comparte con los ciento y pico de pasajeros de tu mismo catamarán...
En una de las fotos que estoy posteando pueden ver una flor amarilla (Amancay) muy común en la Patagonia, creciendo solitaria y orgullosa entre tantos arrayanes. Muy linda, no?
Después de dejar los arrayanes, seguimos navegando, siempre seguidos por las glotonas gaviotas, hasta llegar a isla Victoria. En esta enorme isla hay dos bosques: uno típico y otro producto de un vivero que funcionó aquí hasta hace unas decadas. Así, se pueden ver un montón de árboles distintos si se explora un poco. Tambien se puede realizar una visita guiada, que es una caminata de una hora y cuarto, por senderitos bien agrestes que suben y bajan por un buen sector de la isla. Entonces, hicimos ambas cosas. Exploramos un poquito y tambien caminamos con los demás. Fue muy bueno.
Luego volvimos en la Modesta Victoria hasta puerto Pañuelo, y aunque el viento había comenzado a soplar de nuevo, como el trayecto fue mucho más corto, no importó, porque la verdad disfrutamos un montón.
viernes, enero 16, 2009
Villa La Angostura
El miercoles pasado nos fuimos a visitar villa La Angostura. Queda a orillas también del lago Nahuel Huapi, pero en la prov. de Neuquen, cruzando el rio Limay. Es un pueblo pequeñito, dedicado casi exclusivamente al turismo. Tiene un puerto en la costa, en la parte más angosta de la península de Quetrihue (donde está el famoso bosque de Arrayanes... pero esa es otra historia).
El dia que nos tocó cuando salimos de Bariloche era gris y muy ventoso. Cuando nos acercábamos a villa La Angostura se puso a llover, enfriandonos las expectativas. Como era mediodía buscamos algún lugar donde comer, descansar y calentarnos, mientras sorteábamos turistas y charcos. Comimos en "La Oveja Negra", que, como casi todos los negocios de esta zona, tiene comida muy buena, precios razonables (algunos más que otros) y un servicio de mediano a regular.
Digamos que los mozos se toman las cosas con muuuuucha calma.
Cuando terminamos nuestro cordero al horno con romero (muy rico), nos asomamos afuera y ¡sorpresa! se estaba despejando el cielo. En muy poco tiempo, en lo que recorrimos (a pie, claro) los dos kilómetros desde la villa hasta el puerto el dia se puso espléndido.
La zona del puerto es muy linda. Tiene dos puertos en sí, uno de cada lado de "la angostura" de la peninsula, cada uno con su propia característica: Bahia Mansa y Bahia Brava. Como estan muy cerquita uno puede ir de uno al otro muy fácilmente. Desde este lugar se puede uno ir caminando hasta el bosque de los Arrayanes, pero son 13 kilómetros de recorrido por el bosque natural de cipreses, pinos y otros arbolitos.
El lago y el cielo estaban tan azules que daban muchas ganas de quedarse más tiempo en la playa, explorando. Lástima que teníamos que tomar nuestro micro...
El dia que nos tocó cuando salimos de Bariloche era gris y muy ventoso. Cuando nos acercábamos a villa La Angostura se puso a llover, enfriandonos las expectativas. Como era mediodía buscamos algún lugar donde comer, descansar y calentarnos, mientras sorteábamos turistas y charcos. Comimos en "La Oveja Negra", que, como casi todos los negocios de esta zona, tiene comida muy buena, precios razonables (algunos más que otros) y un servicio de mediano a regular.
Digamos que los mozos se toman las cosas con muuuuucha calma.
Cuando terminamos nuestro cordero al horno con romero (muy rico), nos asomamos afuera y ¡sorpresa! se estaba despejando el cielo. En muy poco tiempo, en lo que recorrimos (a pie, claro) los dos kilómetros desde la villa hasta el puerto el dia se puso espléndido.
La zona del puerto es muy linda. Tiene dos puertos en sí, uno de cada lado de "la angostura" de la peninsula, cada uno con su propia característica: Bahia Mansa y Bahia Brava. Como estan muy cerquita uno puede ir de uno al otro muy fácilmente. Desde este lugar se puede uno ir caminando hasta el bosque de los Arrayanes, pero son 13 kilómetros de recorrido por el bosque natural de cipreses, pinos y otros arbolitos.
El lago y el cielo estaban tan azules que daban muchas ganas de quedarse más tiempo en la playa, explorando. Lástima que teníamos que tomar nuestro micro...
Bariloche - 6 - Mamuschka
Hay cosas que uno hace en vacaciones que generalmente no suele hacer. Como, por ejemplo, ir a tomar el té a una chocolatería...
El otro dia fuimos al local de Mamuschka, a merendar como sólo en Bariloche se puede hacer. Como el clima está algo fresco (hay bastante viento), da como para comer algo más rico... y nos tentó muchísimo la carta de esta chocolatería. Además de servir café y chocolate, tienen una seleccion de tés raros y blends muy buena, además de las delicias que uno puede imaginarse para acompañar al tecito.
Nosotros probamos el té (en hebras, por supuesto) de cacao venezolano con té negro y menta. Delicioso!!! Increiblemente, los sabores estaban muy bien equilibrados, sin resaltar o perderse ninguno. También probamos un blend sin cafeína que ellos bautizaron "Omn", de gengibre, cardamomo, manzanilla y especias. Riquísimo.
Para acompañar, el té venía con unos bomboncitos redonditos rellenos de dulce de leche que eran celestiales, un pan briosh de lo más suavecito, liviano y maravilloso que se puedan imaginar, y una porción de torta trufa de chocolate, coronada con unos rulos de chocolate amargo impresionantes.
Un lugar muy, pero muy recomendable (aunque hay que esperar bastante), al que definitivamente hay que volver antes de irnos de Bariloche.
(Creo que cuando volvamos vamos a tener unos cuantos kilitos de más...) Y bueh.
jueves, enero 15, 2009
Bariloche - 5 - Desde arriba
También subimos al cerro Otto, que queda muy cerquita del centro de Bariloche. Fuimos en auto, por camino de ripio, y aunque era muy seguro y ancho, daba una linda sensación de vértigo.
Visitamos (como debía ser) la famosa confitería giratoria de la cima, en un día bastante nublado y gris. Sin embargo, el interior estaba tan calentito y confortable que daba muchisimo gusto. Como llegamos al mediodía, almorzamos ahí. Yo comí unos ravioles ahumados (de color negro!) rellenos de trucha y ricotta con salsa rosa (deeeeeliciosos!) y el Toto pidió ciervo a la cazadora, también excelente. Regado con un porroncito de cerveza artesanal negra (porter, marca Prosit) excelente.
Luego, como quedaba tiempo, nos fuimos para el cerro Catedral. No habia mucho para hacer ahí más que subir con el telesférico/aerosilla... Siendo como es un centro de ski, en verano (y en un dia tan nublado) era comprensible. De todas maneras, el paisaje era tan espectacular que... ¿para qué más?
martes, enero 13, 2009
Bariloche - 4 -Cerro Leones
El domingo pasado a la tardecita, luego de devorar los restos del chivito con algunas verduritas a la parrilla, nos fuimos de excursión al cerro Los Leones, en la zona conocida acá como Dina Huapi -lo que viene a querer decir que está "en las afueras" de Bariloche-.
El cerro, que mide 1005 metros (sobre el nivel del mar), es de origen volcanico. De hecho, se lo conoce tambien como "el viejo volcán". Obviamente no es un volcan activo. Es muy, muy viejo, y por accion de las erupciones se fueron haciendo algunas burbujas de aire en su interior, que dieron origen a unas cuantas cuevas.
Al pie del cerro nos esperaban para hacer la subida y visita a las cuevas. A pie, por supuesto!
Cuentan que las cuevas estuvieron habitadas por los indios tehuelches (los famosos "patagones"), que eran bastante primitivos. Usaron las cuevas al principio como refugio y hogar, y mucho más tarde como cementerios.
El perito Moreno (el gran explorador de la Patagonia y zona de lagos), encontró estas cuevas, habitadas por entonces por pumas (de ahí el nombre del cerro), y halló algunos cráneos humanos y herramientas primitivas de los tehuelches. Todo lo que fue encontrado por él (alrededor del 1880, creo) fue llevado al Museo de Ciencias Naturales de La Plata, en Buenos Aires.
Tambien fueron encontradas un par de pinturas rupestres, muy primitivas y abstractas (para nosotros, al menos!).
En fin... la subida fue muy divertida. A cada paso nos quedábamos sin aliento, porque era bastante empinada. Habia que tener cuidado con dónde uno pisaba, porque la tierra estaba muy seca y muy suelta, y donde habia piedras podian ser muy filosas o muy quebradizas (al ser de origen volcanico, están formadas por montones de capas muy finitas de lava enfriada).
Hacia mucho calor, habia bastante viento, pero la vista era deslumbrante. Al entrar en las cuevas el ambiente era tan fresco y silencioso que daban ganas de quedarse... Sin embargo, teníamos que seguir, hasta la cueva más grande y más allá.
La cueva más grande estaba mucho más arriba, y nos deparaba una sorpresa. Empezamos a sospechar cuando el guía sacó una caja con cascos de seguridad y una linterna potente a batería. Después de ponernos todos los cascos y dejar las mochilas en la entrada, nos fuimos hasta el fondo de la cueva, para descubrir un pequeñísimo espacio rectangular, como una ventanita inclinada a la derecha, por donde con suerte podría pasar un adulto caminando en cuatro patas.
Por ahí teníamos que pasar, nos dijo el guía. Del otro lado había otra caverna, mucho más amplia y fresca. Él pasó primero, linterna en mano. Yo lo seguí, a gatas. Del otro lado volvía a haber piedras filosas, y un pasillito que no dejaba que uno se pusiera de pie. (Ahi es donde saqué la foto del grupo sonriendo). Nos quedaba una segunda "ventanita", que parecía más estrecha que la anterior... y pasamos. Con dificultad quienes somos más anchos que otros... (aunque el guia nos decía que no ibamos a tener problemas, y que a quienes les costaba más era a los más altos porque tenían que doblarse más). Y sí, el Toto pasó tambien! Ahi se lo ve pasando con el casco amarillo y remera oscura.
Del otro lado, verdaderamente estaba muy freco. Haría 10ºC. Estaba muy oscuro, y de no haber sido por la linterna del guia, no hubiésemos haber podido saber si estabamos con los ojos abiertos o cerrados. La apagó en un momento y estuvimos por unos segundos en la oscuridad total.
Al fondo de la cueva había agua. Una pileta de agua mineral de 1,70m de profundidad, tan trasparente que parecía un charquito.
Más tarde salimos y dejamos los cascos. Afuera era otra cosa... el sol estaba bajando (eran algo así como las 7pm) y hacía calor. Subimos entonces hasta la cima del cerro. De ahí pude sacar esta buena foto del paisaje que nos rodeaba. Al fondo y a lo lejos, bajo el sol, se puede llegar a ver la ciudad de Bariloche.
Bajar del cerrro fue, por supuesto, mucho más facil. Y la cervecita fria al final, un espectacular cierre de la aventura.
domingo, enero 11, 2009
Bariloche - 3 - Chivito Patagonico
Ayer, sabado a la noche, Napo, mi cuñado y anfitrión, nos cocinó un espectacular chivito asado.
Noten el lago y las montañas asomándose entre los árboles...
(Que mala vida que llevamos, eh?)
A medida que el animalito se asaba, el sol se iba poniendo entre las montañas. Estaba un poquito nublado, pero la verdad es que eso me vino muy bien para sacar algunas fotos del atardecer.
Noten el lago y las montañas asomándose entre los árboles...
(Que mala vida que llevamos, eh?)
A medida que el animalito se asaba, el sol se iba poniendo entre las montañas. Estaba un poquito nublado, pero la verdad es que eso me vino muy bien para sacar algunas fotos del atardecer.
Bariloche - 2 (más rosas)
viernes, enero 09, 2009
Bariloche - 1
Ya saben, nos vinimos de vacaciones a San Carlos de Bariloche, y nos estamos quedando en casa del hermano del Toto (gracias!!!) que vive en una bonita casita en el "gran Bariloche", a más o menos un kilometro del Centro Civico de la ciudad, a espaldas del arroyo Ñireco.
Siendo nuestro primer dia de vacaciones, salimos a caminar por la calle costanera (una gran vista del lago Nahuel Huapi) y recorrimos el centro de Bariloche en el tour "obligado": la Plaza, la catedral, Centro Civico y calle Mitre (la principal).
Fue un dia precioso, con mucho sol y sin una nube, y un vientito fresco que aliviaba el calorcito. La sombra debajo de los árboles -enormes!- era divina. Las flores de todas las especies estaban a pleno, los rosales por todos lados estaban en flor, de todos los colores posibles, brillando como si fuese primavera. Las rosas de las fotos son las que están frente a la catedral.
Al mediodia paramos en una cervecería y comimos el plato del dia: una truchita al limón con arroz (livianito y riquisimo!), para el Toto con una pinta de cerveza artesanal bock y yo con una pinta de cerveza tirada... de frambuesa! Deliciosa!
Despues seguimos camino un poquito más, y luego fuimos volviendo subiendo y bajando por todos lados, yendo hasta la misma orilla del lago, a disfrutar de la sombrita, de la vista y del sonido maravilloso del agua (habia bastante viento, asi que habia oleaje).
Vamos a ver que podemos descubrir mañana...
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